Autores: Christophe Petit, Bruno Kukulcan, CED, Tom et Jerry y McKlain
Durante su vida comercial, el CPC recibió muy pocos RPGs de mazmorras en vista subjetiva, conocidos en inglés como Dungeon Crawlers. De todos ellos, el más genuino fue quizás Bloodwych, un juego destacado, aunque no sin ciertas limitaciones técnicas, como su área de exploración reducida o la lenta transición entre vistas. En 2018, The Shadows of Sergoth (TSOS) recogió el testigo, consolidándose, sin lugar a dudas, como el mejor Dungeon Crawler jamás creado para la legendaria máquina de Alan Sugar.

El desarrollo del juego está lleno de detalles técnicos prodigiosos que no dejan de sorprender. Desde el primer momento, la pantalla de carga (ver un zoom de la misma arriba) nos sumerge en una imagen en overscan del malvado Lich con rasters y efectos visuales impresionantes. Pero el espectáculo gráfico y sonoro no se detiene ahí, y continúa en un menú que, además de ser impactante, resulta sumamente original. Una vez iniciada la acción, la exploración de mazmorras se despliega con fluidez y rapidez. El mapeado es extenso y está repleto de objetos cruciales: pociones de vida y magia, hechizos para nuestro libro, antídotos, armas, amuletos y ropa que nos ayudarán a defendernos de los múltiples peligros que acechan. Los enemigos, que surgen de manera sorpresiva, logran mantener la tensión de manera constante, mientras que los desafíos mentales añaden una capa extra de complejidad y nos empujan a resolverlos para avanzar en la aventura.

En TSOS tomamos el rol de un personaje de libre elección, pudiendo optar entre humanos, orcos, reptilianos y enanos. Tras definir sus características iniciales (como poder mágico, defensa, ataque y mente), nos adentraremos en las mazmorras del Reino de Chrisandia, con el objetivo de enfrentar al malvado Lich, la fuente última de todo el mal que asola el reino. Este villano será nuestro enemigo final, cuya derrota servirá para restaurar la paz en Chrisandia. Las reglas del juego están basadas en el sistema Microlite20, una versión simplificada del clásico Advanced Dungeons & Dragons. Nuestro personaje contará con tres atributos principales (fuerza, destreza y mente), los cuales mejorarán a medida que derrotamos enemigos y resolvemos puzles, generando una sensación continua de progreso.
La ambientación es sublime y el nivel de adicción, altísimo. TSOS también nos permite guardar la partida en puntos de control distribuidos a lo largo de los 16 niveles que conforman el juego, o bien cada vez que decidimos tomar un descanso. La interfaz principal está excepcionalmente diseñada, destacando un pequeño visor que muestra el mapa circundante, el cual podemos expandir fácilmente con solo pulsar una tecla. Aunque el área de exploración es mayor que en Bloodwych, sigue resultando algo limitada pero todos sabemos de las dificultades que existen para desarrollar un juego de estas características en un 8 bits.

A pesar de ello, uno de los grandes aciertos es la transición entre las distintas vistas (N, S, E, O), que es increíblemente rápida, lo que mejora enormemente la jugabilidad al hacer que el desplazamiento por el mapeado sea mucho más ágil. Además, el juego presenta elementos realmente originales, como los espejismos y los suelos deslizantes, que añaden frescura a la experiencia. Para concluir, es imprescindible destacar la excelente traducción al castellano realizada por MiguelSky y CPCManiaco, que enriquece aún más el juego. En definitiva, estamos ante un must have contemporáneo y uno de los claros candidatos a mejor juego de 2018 (un reto difícil en un año que vió nacer juegos como Operation Alexandra o Jarlac). Uno de los 10 mejores juegos Homebrew que se han elaborado para el CPC desde el fin de su vida comercial.
GRÁFICOS | 9.25 |
SONIDO | 9.00 |
JUGABILIDAD | 9.00 |
ADICCIÓN | 9.00 |
@jomicamp
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